Invertir es la única forma de poner tus ahorros a trabajar. Sacar el máximo partido a tu esfuerzo ahorrador, cuanto antes en el tiempo mejor, te permitirá disponer del dinero justo en el momento en el que lo necesites, de acuerdo a un plan de inversiones a medida.
En este post te voy a explicar las claves de la planificación financiera personalizada, basándome en mis estudios de Economía y experiencia personal.
Tabla de Contenidos
Las palancas de la educación financiera
En otro post te comentaba que la educación financiera es la capacidad que tenemos de aprovechar el dinero y las finanzas personales para garantizarse una calidad de vida presente, futura y plena.
Esta disciplina que nadie nos enseña en la escuela tiene una serie de principios y palancas.
Entre los primeros destacaría en este post el principio del interés compuesto del dinero y la regla del 72. El primero viene a decir que, si inviertes una pequeña suma de dinero sin retirar el interés generado y este se va acumulando, a la vuelta de unos años obtendrás una magnífica suma de dinero.
En Internet tienes muchas calculadoras de interés compuesto. Haz tu simulación a varios años para descubrir, por ejemplo, lo que son capaces de devolverte 60 euros mensuales invertidos a largo plazo reinvirtiendo el interés. Si estás en tu veintena, tendrás para complementar tu muy futura pensión.
En cuanto a la regla del 72 mide el número de años en que puedes doblar una inversión, a una rentabilidad dada. Su fórmula matemática es esta (la que te permitirá duplicar tu inversión):
tiempo = 72 / rentabilidad
Si pudieras sostener en el tiempo una inversión de 100.000 euros a una rentabilidad del 5%, 72/5 = 14,4, en apenas 14 años, obtendrías 200.000 euros.
Con todo esto, lo que te estoy es previniendo sobre la necesidad de planificar tu vida financiera para poder afrontar los grandes desafíos de la vida. ¿Cuáles son estos?
Pues ya lo sabes, poder pagar un alquiler o una hipoteca, afrontar la creación de una familia, pagarte un máster en dirección de empresas. En fin, cualquiera que sea tu próximo objetivo vital.
Cómo elaborar un plan de inversión efectivo
A continuación, te voy a explicar los pasos a dar para elaborar un plan de inversión efectivo basado en tus objetivos financieros y tu perfil de riesgo. Para ello, hay que conocerse las tres variables del dinero y los tres perfiles de inversores.
Perfiles inversores
En finanzas se habla de tres tipos de perfiles de inversor. Por un lado, están las personas que tienen pavor a perder su dinero. Se dice que son aversos al riesgo por lo que mantienen su ahorro en casa bajo un colchón, o en una cuenta corriente bancaria.
Este tipo de perfil inversor comete el error de perder dinero ya que la inflación es superior a la rentabilidad obtenida por su dinero (posiblemente del 0%). Por tanto, cada año que pase su “fortuna” disminuirá exactamente lo que crezca la inflación anual.
Luego están los perfiles agresivos que valoran obtener la máxima rentabilidad de su dinero aún a sabiendas de que el riesgo de perder dinero sea alto.
Y entre medias estamos la mayoría de inversores que adoptamos una estrategia de inversión diversificada con diferentes activos donde invertir, unos más rentables que otros, unos a más largo plazo que otros.
Perfiles inversores
Antes de hablar de activos financieros conviene conocer las tres variables del dinero: la liquidez, la rentabilidad y el riesgo. Ya antes he dado algunos ejemplos así que te habrás hecho una idea.
La relación entre estas tres variables es tal que si quieres afianzar una de ellas no será sino a costa de la otra o de las dos otras.
Por ejemplo, un activo muy rentable seguro que tendrá un mayor riesgo y posiblemente sea menos líquido. Un activo muy seguro posiblemente sea poco rentable. Y un activo muy líquido, el dinero en cuenta, será poco rentable también.
Ahora que ya sabes algo más sobre tu perfil inversor y sobre las variables a tener en cuenta en la inversión es el momento de abordar el análisis de los activos financieros
Clases de activos donde invertir
En los mercados financieros hay decenas de opciones de inversión posibles así que te puedes perder.
La buena noticia es que siempre existe una combinación de activos a tu alcance y a la medida de tu perfil inversor.
Y la segunda buena noticia es que existe una figura de la cual te hablaré más abajo, el asesor financiero, que te puede desenmarañar este bosque de posibilidades que se abre ante ti.
Veamos los principales y más tradicionales activos donde invertir.
Cuentas y depósitos bancarios
Los activos más comunes y de bajo riesgo son las cuentas bancarias remuneradas y los depósitos bancarios.
Estos activos están indicados para todo el mundo, ya que debemos siempre contar con el dinero disponible a corto plazo para atender nuestros gastos inmediatos y necesarios.
Con estos atiendes la luz, el gas, el teléfono, la alimentación, la vestimenta, la hipoteca, etc. Conviene además contar con un fondo de emergencia de varios meses de ahorro “líquido”, para atender eventualidades.
Acciones y fondos de inversión
Las acciones son participaciones sociales de una empresa. Los fondos de inversión son productos que diversifican sus inversiones en una cartera muy amplia de acciones de muchas empresas. Según el país, el sector en el que inviertan y la zona mundial de las empresas, así de rentable y seguro será el retorno sobre el dinero invertido.
Pero qué duda cabe que la gran ventaja de esta inversión es que está diversificada. Si una empresa de los cientos que componen la cartera quebrara o se hundiera en bolsa, su impacto sobre el resto del fondo será mínimo. Es decir, son inversiones rentables con un riesgo de quiebra muy moderado.
Los hay que invierten todo, parte o nada en productos de renta fija (deuda pública de países), mixtos y variables 100%, que invierten todo en empresas. Estos últimos tienen tanto una mayor rentabilidad como riesgo asociado.
Pero si se invierte con ellos a largo plazo y no se tiene miedo a pérdidas conyunturales, son lo más parecido a la regla del “interés compuesto” que te comenté al principio de este post.
El dinero invertido en fondos es relativamente líquido por lo que se puede invertir con vistas a “rescatar” el dinero cuando lo necesitemos para algún proyecto (educación, movilidad, imprevistos, etc.).
Inversión para la jubilación
Finalmente, estarían los productos financieros pensados para la jubilación, a muy largo plazo. Aunque su rentabilidad puede ser algo más baja que la de los fondos, su menor riesgo hace que ese dinero “no se toque”, y durmamos tranquilos.
Bienes raíces
Luego está la inversión tradicional en “ladrillo”. Invertir en una vivienda para ahorrarse el coste de un alquiler siempre será una sabia decisión, ya que, en España, al menos en las grandes ciudades, los alquileres son más altos que las hipotecas.
Busca un asesor financiero que te ayude
Si todo esto que hemos visto te agobia y crees que no estás hecho/a para gestionar tu dinero busca un asesor financiero.
Este profesional te escuchará, entenderá cuál es tu perfil inversor y tu situación presente y futura y te ayudará a planificar tu dinero.
¿Cómo lo hace? Elaborando, codo con codo, tu plan de inversión, seleccionando las mejores opciones para maximizar tu rentabilidad y manteniéndote informado/a de la evolución de tus inversiones a lo largo del tiempo.
Juan del Real Martín
Soy economista por la Universidad Complutense de Madrid, especialización Finanzas. He alcanzado la independencia financiera y me gustaría ayudar a los demás a entender mejor los asuntos de dinero y a tomar las decisiones adecuadas en cada momento de la vida. La educación financiera es básica para que puedas lograrlo tú también.
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